El laboratorio brasileño adquirido por la francesa Sanofi en el 2009, está empujando una nueva subcategoría en la región, la de medicamentos accesibles. Con ella, busca romper con la desconfianza que persiste sobre el genérico, empezando por los propios médicos, y dar respuesta a la necesidad de fármacos de máxima calidad a precios accesibles.
Hoy, en el mercado de medicamentos, sucede que un mismo laboratorio produce el original, el de marca y el genérico; lo único que cambia es el empaque -o la cajita-. Aún así, sigue habiendo desconfianza en torno del genérico puro, más barato, y preferencia por la marca aunque sea más cara. Este fenómeno se repite en gran parte de América Latina, donde las cadenas de farmacias promueven sus marcas propias, maquiladas por los mismos laboratorios que producen el genérico puro.
El peso que tienen las marcas deriva en que, al terminar la patente de un Viagra, un Plavix o un Lipitor, el consumo se va con otras marcas: las del genérico de Farmacias del Ahorro, de Walmart o Guadalajara, etcétera. Ello ocurre pese a que exista ya el genérico puro 50% más barato que ha demostrado ser biocomparable con el original, que tiene la misma eficacia y que es 100% seguro.
En este contexto, la apuesta de la francesa Sanofi -dirigida en México por Baron Bertrand- es que su marca Medley compita a un precio mucho menor y sea aceptada y recomendada por los propios médicos. Con un portafolio con 100 moléculas cubriendo las nueve clases terapéuticas más demandadas, teniendo 12 lanzamientos por año, Medley busca participar en el fuerte crecimiento de los genéricos, que en México van a un ritmo de 21% anual. Durante una visita por la planta de Medley, en la región brasileña de Campina, varios periodistas mexicanos pudimos atestiguar el tamaño de empresa que es Medley -la número uno en Brasil y la número tres en América Latina- y la enorme capacidad de producción que le da a Sanofi, pues en cuestión de tres años le hizo elevar su fabricación de genéricos de 9 millones a 20 millones de unidades.
Una peculiaridad de Medley es que cuenta con un programa de acompañamiento y apego al tratamiento en el cual los propios médicos refieren a sus pacientes. Con esto, busca diferenciarse de otras marcas. Será interesante cuando Medley empiece a visitar a los médicos de farmacias, como lo tiene contemplado.
Baron Bertrand vislumbra que, en la evolución del mercado farmacéutico, contará cada vez más la menor velocidad con que salen nuevas moléculas: “La investigación y desarrollo está cada vez más difícil y cuesta más encontrar nuevas moléculas, aunado a que la autoridad reguladora es más exigente”. Aparte, a muchos laboratorios les está pesando la pérdida de ingresos por vencimiento de patentes y, en esa evolución, se suman el envejecimiento poblacional y el aumento de enfermedades crónicas que demandan tomar medicamento de por vida. En ese contexto, la gente busca el mejor precio.