Dos nuevos postores por negocio de distribución de medicinas de Saba tras fracaso previo; Slim por decidir si va por cadenas de TV y lo haría directo; hoy City Express en BMV, 16 hoteles más y 120 mdd; Alsea siguiente en bolsa .
UNO DE LOS grandes desafíos en materia de salud de los gobiernos del mundo tiene que ver con el acceso a los medicamentos innovadores para la población en general.
Debido al avance de la medicina, que a la postre ha alargado la esperanza de vida, el reto se ha acrecentado frente a enfermedades crónicas con tratamiento de hasta 500 mil dólares anuales.
Es evidente que no hay presupuesto capaz de enfrentar esta situación, lo que explica las apreturas públicas, particularmente en países emergentes, ya que en los desarrollados están más arraigados los esquemas de prevención.
Le platicaba que esta semana IMS Health que comanda Héctor Valle, dio a conocer un estudio en el que se evidencian las dificultades que hoy enfrentan el IMSS de José Antonio González Anaya y el ISSSTE a cargo de Sebastián Lerdo de Tejada para incluir productores innovadores en el cuadro básico.
El tema se hace todavía más delicado cuando se habla de medicamentos biotecnológicos, que en México sólo pueden ser adquiridos por un 10% de los pacientes.
Estos son la punta de lanza del rubro farmacéutico y en el país se habla de un catálogo de 85 biotecnológicos que básicamente se importan.
La única compañía mexicana que manufactura biotecnológicos es Probiomed que comanda Jaime Uribe de la Mora y que tiene 17 productos registrados.
Cuatro son insulinas para diabetes y 13 se orientan a insuficiencia renal crónica, artritis, cáncer, esclerosis múltiple y psoriasis, entre otros males.
Esta nació en 1970, hoy tiene cuatro factorías y una plantilla de mil 300 trabajadores. Ha tenido la capacidad de anticiparse a las necesidades del mercado.
Surgió como Productos Químicos Finos, razón social que luego se redujo a Proquifin y luego se transformó en una firma farmacéutica, ahora básicamente biotecnológica.
Un 70% de su facturación se explica por ese tipo de medicamentos, aunque también produce genéricos que de los más simples comienza también a evolucionar para atender enfermedades crónicas degenerativas.
El mes pasado se incorporó como directora general adjque se suma a la segunda generación de la familia fundadora, en este caso a Jaime y Francisco Uribe Wiechers, piezas esenciales de esta que exporta a 14 países de CA, El Caribe, África y Medio Oriente.
Sin embargo Probiomed hoy enfrenta un momento crucial en su historia, ya que en su escenario es obligado construir una nueva factoría de punta para manufacturar biotecnológicos y de esta manera adaptarse en mejor medida a las exigencias regulatorias, tanto aquí como en el mundo, cada vez más rígidas.
En primera instancia su interés es edificarla en México, en concreto en Tenancingo, Edomex en donde ya se ubica una de sus plantas. El problema es que hasta ahora el gobierno federal ha sido esquivo en otorgarle apoyos.
Por ello Probiomed ha comenzado a sondear otros mercados como Brasil o Rusia, en donde sí podría gozar de apoyos, amén de aprovechar el acceso a sus consumidores.
Contrario a la apertura desmedida que se vive en México en el rubro farmacéutico, a muchos de esos países sólo se puede penetrar si se produce internamente.
La decisión para la nueva planta de Probiomed deberá tomarse este año. Habrá que ver si al final las fuentes de trabajo se arraigan aquí.
El asunto incluso ya se analiza en Los Pinos por el equipo cercano al presidente Enrique Peña Nieto, instancia en donde la farmacéutica pronto abonará evidencias del entorno que se vive no sólo en Rusia y Brasil, sino también de Corea e India.
Probiomed es de las pocas compañías nacionales ligadas a la investigación. Ha tenido que desarrollar a sus propios expertos.
En más de una ocasión varias multinacionales han intentado comprarla, pero hasta ahora ha preferido mantener su independencia, máxime el camino andado y las oportunidades en biotecnología.